Según el Ministerio del Ambiente, por cada S/1 invertido en preparación para el cambio climático, el ahorro en un futuro será de S/10.
Solo 11 de las 100 empresas que más ingresos registran en todo el país consideran al cambio climático como un riesgo financiero para el negocio, según una encuesta de responsabilidad corporativa de KPMG realizada en el 2017.
Desde el lado estatal, sin embargo, el compromiso para alcanzar las metas propuestas en el objetivo de desarrollo sostenible (ODS) Acción por el Clima (parte de la Agenda 2030) parece haber calado un poco más: el Perú es el primer país de Sudamérica en contar con una Ley Marco de Cambio Climático, la cual dirige y monitorea la gestión ante este fenómeno en todos los sectores (Estado, empresa, sociedad civil).
“Desde el Acuerdo de París en el 2015, el Perú ha mostrado avances importantes en los compromisos nacionales asumidos, siendo liderado por el Ministerio del Ambiente (Minam) junto con todos los actores que deben asumir un rol por el lado de adaptación y mitigación”, afirma James Leslie, asesor técnico de Ecosistemas y Cambio Climático del PNUD.
No obstante, parte importante de este grupo de actores es representado por el sector privado, en el cual la cifra que muestra interés en enfrentar el cambio climático a través del negocio es aún pequeña, según el estudio de KPMG en el Perú.
“Desde el sector privado, hay un nicho de empresas que la tiene muy clara, pero en general lo que mueve la aguja en el Perú todavía es la reputación y no la visión de que la sostenibilidad es parte del negocio. La presión que puede ejercer un cliente no está mal, pero es un nivel básico de madurez”, sostiene Micaela Rizo Patrón, directora ejecutiva de L+1.
TODAVÍA INCIPIENTE
Si bien el porcentaje de empresas que consideran al cambio climático como un riesgo financiero para el negocio es aún bajo (11% versus 28% a nivel global), los números muestran un creciente interés del sector privado cuando se miden otros indicadores.
Un 55% de las empresas encuestadas afirmó medir la reducción de su huella de carbono; 66% reporta su desempeño en sostenibilidad; y 35% indica haber creado un vínculo entre los ODS y su negocio en estos reportes.
“No es solamente ayudar al medio ambiente, sino asegurarse de que el negocio va a tener duración en el tiempo”, explica a Día1 Rosario Calderón, socia de Advisory de KPMG en el Perú.
De hecho, según el Minam, por cada S/1 invertido en preparación para el cambio climático, el ahorro en un futuro será de S/10.
“Todavía faltan percibir hechos como que una buena gestión empresarial en las cuencas de agua de la sierra puede tener impactos en la costa”, apunta Rizo Patrón.
En la misma línea, Leslie señala que las complicaciones del cambio climático serán distintas para cada sector. Desde el sector hidroeléctrico, por ejemplo, a medida que se reducen los glaciares, también lo hace el flujo hídrico, y los cambios estacionales podrían afectar de igual forma al sector agrícola.
“Como uno de los principales agentes de cambio, el sector privado va a tener que establecer medidas de adaptación y mitigación al clima, ahora”, concluye Leslie.
(Este artículo fue publicado por El Comercio)